Durante los últimos quince años hemos sido testigos de varias explosiones de polvorines militares en el Ecuador.
Exactamente el 9 de julio de 1997 a las 09:30 de la mañana en las instalaciones del Batallón Chimborazo en la población de Sangolquí a 10 Km. al sureste de Quito, mientras se realizaban trabajos de ordenamiento de un polvorín se produjo una explosión que se sintió 60 kilómetros a la redonda, produciendo tres muertos y al menos 190 heridos, la potencia de